Echando mano de la memoria, yo soy uno más de esos que emigraron a Barcelona, digo esto porque allí hice buenas amistades y una de estas amistades me regaló un cenicero de pie porque en aquellos días yo era fumador. Hoy ya no lo soy, hace tantos años que me quité del tabaco como años que el emigrante retornó a su pueblo. Un día tropecé con el cenicero olvidado y sin uso durante décadas y como era un bonito recuerdo pensé darle una existencia nueva, y después esta trasformación, de cenicero pasó a fuente de taza.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
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MIGUEL LA FUENTE ES DE CINE, ESTA PUESTA EN UN PATIO QUEDARIA DE MARAVILLA BIEN BIEN MIGUEL TIENES MUCHA IDEA. UN SALUDO ENRIQUE
ResponderEliminarHola Miguel que fuente mas original ¿quien iba a decir que es un cenicero reciclado?
ResponderEliminarMuy bonita